viernes, 20 de marzo de 2020

Instrucciones para abrir una puerta



En principio es fundamental saber hacia dónde te diriges, es decir, no equivocarte de puerta. Si te encuentras sentado, debes levantarte y si estás de pie te ahorras el esfuerzo.

 Para conseguir la aproximación correcta debes colocar  el cuerpo en dirección a la puerta (nunca colocarse de espaldas) y poner un pie delante de otro y así sucesivamente hasta llegar a la puerta sin darte contra ella.

Debes asegurarte de que la puerta permanezca cerrada, en caso contrario simplemente atraviésala. Si tienes la puerta abierta ya puedes dejar de leer estas instrucciones.

Coloca el brazo flexionado noventa grados delante de la puerta y sujeta la manivela (también llamada pomo) con la mano derecha o izquierda, la que mejor te venga. Si te encuentras en un establecimiento público (ya sea un bar, un baño o una tienda) debes leer el cartelito que pone “tirar” o “empujar”. Lo cual es mucho más útil que estar diez minutos probando. Si tienes delante una puerta corredera no empujes ni tires, desplázala en sentido lateral. En el caso de que se trate de una puerta con sensores está permitido dar saltitos si no tienes la altura necesaria.

Si se trata de una puerta de ascensor hay que estirar el dedo índice hasta llegar a pulsar un determinado botón. Si lo que necesitas es atravesar una puerta giratoria ¡que no cunda el pánico! No corras, camina con seguridad pudiendo dar tantas vueltas como sea necesario hasta que sepas que te encuentras dentro del local.

Si la puerta es tradicional, de pomo o manivela, ejerce una suave presión hasta que notes que la puerta se abre, cruza el umbral y no te olvides de cerrar la puerta después de todo el proceso.

                                                                                 Laura de Torres Orós.






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